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historia de la música folclórica


Aportes africanos y afroargentinos al folklore argentino

Los africanos llevados como esclavos a Argentina durante el período colonial, y sus descendientes nacidos en el territorio que hoy esArgentina (afro-argentinos), contribuyeron en la construcción de la Nación Argentina y su cultura. No es una excepción la música, y dentro de esta la música folklórica.
Es interesante saber que el Candombe argentino fue folklore hasta poco después la caída de Rosas (ver el artículo Candombe). El Candombe argentino se conservó, e ininterrupidamente, hasta el presente, en varias de sus versiones (afro-porteño, afro-correntino, etc.); entre ellos destaca el candombe porteño. Además se conservan otros ritmos afro-argentinos como la Zemba o Charanda, ritmo asociado al culto de San Baltazar que se realiza en el Nordeste argentino, en especial en Corrientes y Chaco.
En cuanto al folklore argentino, reconocido como tal desde hace años hasta hoy en día, que tiene influencia africana y afro-argentina, destacan: la Chacarera, la Payada, la Milonga campera, el Malambo (danza), y -quizás- el Gato (danza). Además, tabién tiene estas influencias el folklore ciudadano porteño, y por ende argentino, como lo son el Tango y la Milonga ciudadana. En esta última los afro-argentinos influyeron, sobre todo, en su danza. Cabe mencionar, que la Murga porteña (ritmo no considerado folkórico pero si muy popular, sobre todo en la época de Carnaval), tiene varios ingredientes recibidos por parte de los afro-porteños y su candombe; de modo que al fusionarse estos ritmos con otros no africanos, surgió la Murga argentina.
Mientras que el origen exacto de la chacarera sigue siendo poco conocido, se cree -y algunos afirman- que tuvo origen en Salavina, (Provincia de Santiago del Estero). Esta danza tiene una clara influencia africana notada en el ritmo ágil, sobre todo en el toque del Bombo legüero. Esto se podría comprender, si se tiene en cuenta la gran cantidad de afrosantiagueños que había en los siglo XVIII y XIX en Santiago del Estero;4 y sabiendo que casi un 70% de la población de Salavina a mediados-finales del siglo XIX (época en la que se gestó la chacarera), era afroargentina.5 6 7 También, el historiador Juan Álvarez, mediante el principio comparativo melorítmico de la escuela de Berlín, estableció (más que posibles) filiaciones afro en estilos musicales como el tango, la milonga bonaerense, el caramba y el marote.8
De esta manera, la Chacarera tendría grandes aportes africanos, al igual que el Malambo (danza) (cosa que se ve en el vivaz zapateo, que comparte raíces africanas con los pequeños zapateos afro-peruanos), el Tango,9 10 la Payada, el Gato (ritmo que influyó mucho en la chacarera), la Milonga campera pampeana, y la danza de la Milonga ciudadana.11

[editar]Independencia y guerras civiles



La independencia de España trajo consecuencia muy importantes para el desarrollo de la música folklórica argentina, al igual que en los demás países hispanoamericanos. En los años inmediatamente posteriores a la Revolución de mayo de 1810, que dio origen al proceso independentista, aparecen muchas de las danzas y estilos características del folclore argentino, como el cielito, el pericón, el gato, el cuándo, el escondido, el triunfo. En general se trata de estilos vivaces y picarescos, de raíz popular, que contrastaban con los estilos de salón preferidos por la cultura colonial española.
«El cielito fue el gran canto popular de la Independencia. Atraído por la revolución, vino de las pampas bonaerenses, ascendió a los estrados, se incorporó a los ejército y difundió por Sudamérica su enardecido grito rural».12 Entre los cielitos patrióticos se destacan claramente los compuestos por eloriental Bartolomé Hidalgo, fundador de la literatura gauchesca. Uno de ellos dice:
Cielito, cielo que sí
Americanos unión,
Y díganle al rey Fernando
Que mande otra expedición.13
El pericón adquirió el carácter de una danza patriótica, tanto en la Argentina como en Uruguay —que inicialmente habían permanecido unidos—. También fue llevado a Chile por José de San Martín, en 1817. En 1887, el músico uruguayo Gerardo Grasso compuso el Pericón nacional, tema que es el que se baila en el presente en ambos países.14
También el triunfo apareció entonces como danza, para festejar, precisamente, el triunfo independentista. Una de las letras más antiguas dice:
Este es el triunfo, niña
de los patriotas,
huían los realistas
como gaviotas.15
Las guerras de Independencia y civiles impulsaron también el ascenso de las vidalitas, rescatadas por «las cholas tucumanas» para el canto de los soldados en campaña, debido a su contenido «excluyente de penas y cargadas de chanzas, contraponiéndose a los lamentos de la vidala».16 De esta corriente surgieron las vidalitas de las guerras civiles entre unitarios y federales, como la famosa Vidalita de Lamadrid:
Perros unitarios,
Vidalitá,
Nada han respetado.
A inmundos franceses
Vidalitá,
Ellos se han aliado.17
El bando unitario también ha legado una vidalita histórica:
Palomita blanca,
Vidalitá,
Que cruzas el valle,
Ve a decirle a todos,
Vidalitá,
Que ha muerto Lavalle.18
Entre todos los estilos surgidos en este período, fue el gato el que alcanzó la mayor popularidad y se convirtió en el preferido de la cultura gauchesca.19 El gato, un estilo vivaz y picaresco, introdujo en la década de 1830, también las relaciones, un tipo de coplas humorísticas que los bailarines recitan al detenerse la música, que también se realizaron en el cielito, el pericón y los aires.20 En las décadas siguientes las relaciones se combinarían con el «aro-aro», característico de la cueca, un grito que pronunciaban los asistentes al baile o los músicos, que tenía la virtud de suspender instantáneamente la música, para dar paso a un momento de brindis o relaciones humorísticas.21 Esta costumbre de combinar el humor y la música pasaría en la segunda mitad del siglo XIX a la chacarera y el chamamé.22
De esta época data un personaje legendario, Santos Vega, que es el primer músico popular famoso del folclore argentino. Según la leyenda, Santos Vega era un payador tan extraordinario que se atrevió a payar con el diablo, luego de lo cual desapareció para siempre, sin que volviera a saberse de él.

[editar]Durante la inmigración europea: tango y folclore



La gran oleada inmigratoria sucedida entre 1880-1950, principalmente europea (mayoría italiana), que influiría decisivamente en la composición de la población, produjo algunos cambios decisivos en la música popular argentina, principalmente en la música del litoral, apareciendo formas nuevas como elchamamé moderno, y en especial el tango.
Desde entonces, tango y folclore aparecieron como formas diferenciadas y hasta encontradas de la música popular argentina. El tango se identificó con la música «ciudadana», mientras que el folclore quedó identificado con la música rural. En esta confrontación, durante varias décadas el tango se instaló como la música popular argentina por excelencia, postergando al folclore, que permaneció aislado en los ámbitos locales de cada región.23
Previamente a éste período aparecen algunos estilos fundamentales del folclore argentino, como lachacarera, la zamba, la milonga campera o simplemente milonga (décadas antes de la milonga ciudadana) y la arunguita.
La chacarera (danza del Chaco) parece haber nacido a mediados del siglo XIX, en Santiago del Estero (se dice, y algunos afirman, que nació en Salavina), pero su origen histórico se desconoce. En la Chacarera se nota gran influencia africana, sobre todo en el ritmo, cosa normal si se tiene en cuenta la gran cantidad de afrosantiagueños que había en los siglo XVIII y XIX en Santiago del Estero. La primera versión musical de la chacarera la daría Andrés Chazarreta, recién en 1911.24
Para fines de la década de 1860 aparece la zamba argentina, estilo nacional argentino por excelencia, diferenciándose de la zamacueca afroperuana —creada en 1824—25 y la cueca chilenade las que deriva, ingresadas a la Argentina entre 1825 y 1830 por el norte, a través de Bolivia, y por el oeste, desde Chile, quedando instalada en Cuyo como cueca cuyana y en La Rioja como cueca riojana. La Zamba de Vargas es la más antigua de las que se tiene registro y fue posiblemente la primera en aparecer con las características de la zamba argentina.25 Cabe decir, que la cueca (tanto la cuyana como la norteña) tiene casi el mismo ritmo que la zamba aunque más rápido, por lo cual la cueca (desde hace bastantes décadas) es un género musical diferente a la zamba.
También en la segunda mitad del siglo XIX aparece en el Nordeste el chamamé (aunque recién adquirió este nombre en los años treinta), como resultado de la fusión de los ritmos que llevaban consigo los inmigrantes alemanes, alemanes del Volga, polacos, ucranianos y judíos, principalmente la polka y el shottis, con los ritmos ancestrales de la región, provenientes de la cultura indígena guaraní y de las tradicionesafro-rioplatenses. El chamamé y el purajhei o polka paraguaya, serían el eje alrededor del cual se estructuraría la música litoraleña, como una de las grandes ramas de la música folclórica argentina. Al igual que el tango, las danzas litoraleñas adoptaron una coreografía de pareja enlazada con libertad para los bailarines, que se realizaban en bailantas populares. Desde entonces el término «bailanta» se extendería por todo el país para designar los bailes populares.26
A las últimas décadas del siglo XIX corresponden payadores famosos como el porteño afroargentino Gabino Ezeiza o el santiagueño José Enrique Ordóñez (el Zunko Viejo). Por la misma época el circo criollo —aparecido en la década de 1840—, además de dar nacimiento alteatro nacional, solía incluir números de danzas folclóricas.27

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